Kokona Sakurai, una ama de casa japonesa, anhelaba el sexo a diario.La ausencia de su esposo llevó a una aventura con un compañero de trabajo.Disfrutó de la emoción de engañar, sus gemidos resonaban mientras satisfacía su deseo insaciable.Esto se convirtió en su rutina diaria, alimentando sus antojos lujuriosos.